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Cirrosis del higado

por Dr. Kylie López, MD, MSCR

La cirrosis hepática es una complicación grave de la enfermedad hepática crónica, que conduce a una estructura y función hepáticas anormales. Muchas enfermedades hepáticas causan lesiones y matan las células hepáticas, lo que lleva a la formación de tejido cicatricial. Las células hepáticas supervivientes se multiplican, en su intento de reemplazar las células muertas, lo que resulta en grupos o nódulos regenerativos dentro del hígado cicatrizado. Las causas de la cirrosis hepática incluyen productos químicos, metales tóxicos, virus y enfermedades autoinmunes.

 

¿Cuáles son los síntomas de la cirrosis hepática?

Los síntomas de la cirrosis hepática generalmente no aparecen hasta las últimas etapas de la enfermedad. Ocurren cuando el hígado no logra desintoxicar la sangre, no produce proteínas que coagulan la sangre ni ayuda al metabolismo de la grasa. Estos síntomas incluyen:

  • Disminución del apetito.
  • Hemorragia nasal
  • Pequeñas arterias en forma de araña en la piel
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Debilidad corporal

Los síntomas graves de la cirrosis incluyen:

  • Confusión
  • Dificultad para pensar con claridad.
  • Coloración amarillenta de la piel (ictericia)
  • Hinchazón abdominal
  • Edema de las piernas
  • Impotencia
  • Desarrollo de tejido mamario en varones.

Cuando ver a un doctor

Llame a su médico si sus síntomas no mejoran en uno o dos días, o si tiene estos síntomas:

  • Su abdomen aumenta repentinamente de tamaño y usted aumenta de peso.
  • Mayor retención de agua.
  • Ictericia persistente
  • Cambios mentales o de comportamiento.
  • Nuevas / diferentes reacciones a medicamentos
  • El sangrado no cesa
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Vaya al departamento de emergencias si no puede comunicarse con su médico cuando tiene:

  • Sangre en las heces o el vómito.
  • Dolor abdominal severo
  • Dificultad para respirar
  • Confusión / comportamiento extraño
  • Fiebre
  • Vómitos repetidos

¿Cuáles son las causas de la cirrosis del hígado?

La cirrosis hepática es causada por la formación de tejido cicatricial en el hígado después de que se haya producido daño a lo largo de los años. El hígado intenta repararse a sí mismo cada vez que se daña, y a medida que se desarrollan los tejidos cicatriciales, la función hepática disminuye, hasta que ya no funciona bien.

Una amplia gama de afecciones puede causar daño al hígado y provocar cirrosis. Algunas de estas son condiciones heredadas, como:

  • Hemocromatosis, que hace que el hierro se acumule en el cuerpo.
  • Fibrosis quística
  • Enfermedad de Wilson, que causa la acumulación de cobre
  • Atresia biliar
  • Trastornos del metabolismo del azúcar.
  • Trastornos digestivos genéticos.
  • Hepatitis autoinmune

Otras afecciones hepáticas se desarrollan más adelante en la vida, que incluyen:

  • Alcoholismo crónico
  • Hepatitis B
  • Hepatitis C
  • Enfermedad del hígado graso no alcohólico
  • Cirrosis biliar primaria
  • Colangitis esclerosante primaria
  • Infección parasitaria, como la esquistosomiasis.

Algunas personas desarrollan cirrosis criptogénica, una condición en la que los médicos no pueden encontrar una causa para la enfermedad hepática.

¿Cuáles son los tratamientos para la cirrosis del hígado?

No existe una cura permanente para la cirrosis hepática, pero existen tratamientos que pueden retrasar o detener su progreso, reducir el daño a las células hepáticas y minimizar sus complicaciones.

El tratamiento puede depender de la causa de la cirrosis:

  • Para la cirrosis hepática debido al abuso de alcohol, uno debe dejar de tomar bebidas alcohólicas para detener la progresión de la enfermedad.
  • Una persona que tiene hepatitis puede ser tratada con medicamentos antivirales o esteroides para reducir las lesiones hepáticas.
  • El tratamiento varía para las personas con enfermedad autoinmune, hemocromatosis o enfermedad de Wilson.
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Los medicamentos para controlar los síntomas de la enfermedad incluyen diuréticos (píldoras de agua) para reducir la retención de líquidos. Una reducción de sal en la dieta también es importante. Los cambios en la dieta y los medicamentos pueden ayudar a mejorar las funciones mentales alteradas. Se pueden administrar laxantes para aumentar la eliminación de toxinas de los intestinos.

Las personas con hígados gravemente dañados pueden necesitar un trasplante de hígado para sobrevivir.

Cómo prevenir la cirrosis del hígado

La cirrosis no se puede revertir. Sin embargo, es importante prevenir o reducir más daños al hígado al:

  • Limitar el consumo de alcohol
  • Buscando ayuda para la dependencia del alcohol
  • Para la esteatohepatitis no alcohólica (NASH): minimice el riesgo al perder el exceso de peso, controlando la presión arterial alta, una dieta adecuada y el control de los niveles de azúcar en la sangre en los diabéticos.
  • Evitar la hepatitis o recibir tratamiento para la infección por hepatitis.
  • Evitar el contacto con todos los productos químicos tóxicos.
  • Para pacientes con hemocromatosis: extracción de sangre regularmente a través de la venesección para evitar la acumulación de hierro en el hígado y en otros órganos.

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